
El Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México (STC Metro o Metro CDMX) atraviesa por una de las peores etapas de su historia. Las constantes fallas provocan retrasos que afectan el día a día de los usuarios y nuevos problemas surgen en sus instalaciones antes de que otros sean resueltos.
El Metro CDMX es una obra civil emblemática en América Latina, pues sentó las bases para la construcción de transportes metropolitanos en zonas con terrenos complicados, además de un referente de modernidad, cultura popular y avances tecnológicos.
Hoy, la población de la Zona Metropolitana del Valle de México prefiere usar otros medios de transporte público para desplazarse por la CDMX. Así lo demuestran las estadísticas de movilidad urbana en la capital, que indican que el Metro CDMX pierde usuarios al mismo ritmo que el Metrobus, Trolebús o camiones RTP y rutas concesionarias los ganan.
Comparado con trenes metropolitanos de otros países, el Metro CDMX se está quedando atrás en muchos avances operativos y servicios básicos para los pasajeros. Incluso, con el paso de los años, ha ido eliminando algunas cosas que podían mejorar la experiencia de los viajeros.
Por ejemplo, el metro de Tokio, uno de los más modernos actualmente, cuenta con baños públicos y ascensores para personas con discapacidad en todas sus 282 estaciones. En México, los baños disponibles dentro de la red del Metro CDMX están contados. Solamente la Línea 12 cuenta con este servicio en la mayoría de sus estaciones.
En el caso de los elevadores, apenas 49 de las 195 estaciones cuentan con uno o dos disponibles. Además, no siempre están en funcionamiento.

El Metro de Tokio cuenta, incluso, con espacios designados especialmente para personas con sillas de ruedas, zonas para cambiar pañales de beber y hasta asientos diseñados para niños. En México, los trenes de Metro CDMX mantienen las mismas distribuciones de asientos desde hace décadas. Ni siquiera los nuevos vagones ofrecen un diseño adaptado a las necesidades actuales.
Los metros de Londres, Tokio, Barcelona, Madrid, Seúl, Madrid, Nueva York, y hasta el Metrorey, de Nuevo León, cuentan con bancas o zonas de descanso tanto en andenes como en el interior de las estaciones.
El Metro CDMX es uno de los más hostiles en este aspecto, pues solamente hay bancas en algunas estaciones de la Línea 2. Incluso, en gran parte de la red, los elementos de vigilancia de la Policía Bancaria e Industrial que controlan la seguridad en el metro capitalino tienen la instrucción de no permitir a las personas sentarse en los andenes o pasillos.

Una herramienta útil que tienen los metros de Madrid, Chile, Sídney, Copenhague, entre otros, es un sistema de puertas anticaídas en los andenes, mismos que ayudan a reducir los accidentes y muertes en vías, así como los retrasos por objetos en las vías.
El Metro CDMX contempló alguna vez colocar este tipo de puertas automáticas en los andenes de la Línea 1 como prueba, pero el proyecto se terminó por descartar.

Algo de lo que también carece el Metro CDMX y que otros trenes metropolitanos sí tienen es una plataforma, sistema o aplicación del avance de los trenes en tiempo real, que notifica a los usuarios sobre eventualidades o anomalías en los servicios.
El Metro CDMX solamente usa su cuenta de Twitter (ahora X) para notificar de fallas y del avance de los trenes, pero entre cada aviso puede pasar hasta media hora sin actualizarse.
Recientemente, se lanzó una sección en la página web del Metro CDMX para conocer el estado del servicio, pero no ofrece mayor información más allá de que no se cortó la circulación de los trenes.
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