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¿Estoy soñando? (en cirílico)?

  • Foto del escritor: Nohemy García Duarte
    Nohemy García Duarte
  • 10 jul
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 12 jul

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Este pasado fin de semana, y sólo los días sábado 5 y domingo 6 de julio, en una galería-taller del centro de la Ciudad de México se abrió al público la exposición-muestra titulada ¿Estoy soñando? (en cirílico) del joven mexicano Lukas Beeckman, con la que prácticamente se inaugura, de manera formal, su trayectoria como artista plástico.“Es mi primera exposición individual, colectiva no tengo. Llegué a hacer algo en una feria y expuse unas cuantas cosas, pero exposición bien, sí, esta es la primera”, asegura el artista en entrevista concedida para este medio.


Lukas Beeckman tiene veinte años de edad, y desde su infancia se destacó por su talento y habilidad natural para el dibujo y la pintura artística, dotes que desde temprana edad definieron la actividad profesional a la que se dedicaría en su vida adulta, asegura el entrevistado: “Nunca tomé clases de pintura como tal, aunque sí fui a una prepa de arte, aquí en la colonia Juárez. No estudié la Universidad, me puse directo a trabajar, pero en sí la pintura siempre ha sido mi interés. Conozco las corrientes artísticas que hay en la historia del arte, pero por investigación propia, porque siempre he sido autodidacta.”


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Desde muy joven Lukas Beeckman ha sido un apasionado del dibujo, de la pintura y del tatuaje, actividades a las que en los años recientes ya se ha podido dedicar de tiempo completo gracias a un ofrecimiento que le hizo el pintor mexicano Rodrigo Roji, con quien trabaja en su estudio-taller como ayudante, espacio que también funcionó como galería para la exhibición  ¿Estoy soñando? (en cirílico).


La relación entre Beeckman y Roji se estableció por casualidad y a través de terceras personas que compraron una obra de Lukas, a pesar de ser un pintor desconocido en el medio plástico profesional.“La persona a la que le vendí mi cuadro conocía a Rodrigo Roji y me recomendó con él. Un día me dijo que viniera aquí, al estudio de Rodrigo. Yo pensaba que era nada más para cotorrear o algo así, pero no, me ofreció trabajo y aquí estoy desde hace dos años. Mi chamba consiste básicamente en ayudar a pintar a Rodrigo, además de llevar la administración y encargarme del mantenimiento y la logística de su estudio-taller.”


Ahora ese espacio también sirvió para que la obra de Lukas se exhibiera por vez primera como un evento exclusivo y muy personal de la nueva producción plástica de este joven talento nacional. Se trató de una muestra de una veintena de creaciones artísticas de reciente creación, entre ellas óleos sobre tela y otros sobre madera desgastada —que antes fueron patinetas—; fotografías intervenidas y recreadas como objetos de arte; botellas de vidrio que primero fueron recipientes con otro uso y que ahora el artista revalora estéticamente al intervenirlas pictóricamente.


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La muestra se acompaña con un bello poema escrito por Lukas Beeckman especialmente para esta exposición con la idea de “representar en pocas palabras lo que sentí [al realizar este trabajo]. No escribo poesía, rara vez lo hago, pero cuando lo hago trato de meterle todo, cuerpo y alma.”El poema se titula MeYTa O? y en sus primeros versos dice:“Algo crujió. / Como porcelana quebrándose / Un recuerdo… tal vez. / O el eco de algo que nunca ocurrió.”


Las pinturas exhibidas en general tienen un formato pequeño y son representaciones de escenas de la vida cotidiana en las que se destacan emociones, como el cuadro titulado Histeria colectiva. Óleo sobre tela. 2024. En otras se hace evidente la maestría del autor en el manejo del color y del dibujo, como dos bodegones de frutas (Godebón, óleo sobre tabla, 2025) y flores pintadas (Ramo, óleo sobre madera, 2025) sobre madera de patinetas usadas y desgastadas. Unas más son representaciones de paisajes de ciudad vinculados con personajes humanos que expresan algún sentimiento que altera o rompe con la composición realista del cuadro en cuestión.


Admirador del arte sacro, pero sin ser creyente, Lukas Beeckman se siente atraído por el arte religioso y el barroco desde una perspectiva estética, en cuanto a lo que les hace sentir a la gente que lo contempla, a los sentimientos que logra transmitir en las personas “más allá de lo concreto. El efecto subjetivo que tiene en cada uno de manera individual, y que todos nos podemos relacionar con algo o de alguna manera. Cada quien lo puede imaginar de manera diferente. Y eso es lo que más me llama la atención y me atrae de este tipo de arte.”


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La exposición-muestra ¿Estoy soñando? (en cirílico) puede resumirse como una presentación de los intereses actuales de Beeckman en su trabajo artístico y, según sus palabras, la idea que podría resumir el propósito general de esta primera exhibición individual es la de “contraste o contraposición”, y lo explica de esta manera: “Me gusta pintar escenas como las que podrías ver en cualquier momento, si vas caminando por la calle o en tu propia casa, pero siempre tratando de mezclar lo mundano con algo diferente que te haga sentir cosas (…) Trato de modificar los cuadros con algún elemento que rompa esa realidad y llame la atención. Por ejemplo, este óleo de la Basílica de Guadalupe, es algo que tú podrías ver en cualquier momento, pero nunca la vas a ver incendiada. En contraste, pinto a esta morra que está muy tranquila, muy serena, a pesar del desastre que está ocurriendo frente a ella.”


Para quienes se interesen en conocer más de la obra y trayectoria de este artista mexicano en ciernes, pueden consultar sus redes sociales. En Instagram es: @rayitaz. En tatuajes es: @rayitaztt.


Creo que Lukas Beeckman es un creador plástico talentoso y con mucho futuro, al que hay que seguirle la pista.


 
 
 

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