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Las vacunas no causan autismo, como cree Robert F. Kennedy Jr.

  • Foto del escritor: Ivan Cruz
    Ivan Cruz
  • hace 3 días
  • 3 Min. de lectura
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Robert F. Kennedy Jr. es Secretario del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos, cargo equivalente en México al Secretario de Salud Pública. En los últimos meses, dio declaraciones que resultaron en una ola de críticas por parte de la comunidad médica, académica y científica de su país. Afirmó abiertamente que cree que el autismo es causado por toxinas en el medio ambiente y también por sustancias presentes en las vacunas. Esas suposiciones son falsas.


El nombramiento de Robert F. Kennedy Jr. fue igual de polémico que sus dichos sobre las causas del autismo, pues también promueve ideas científicamente erróneas sobre el sarampión, la obesidad, las vacunas en general, los colorantes artificiales para los alimentos, entre otras.


Sobre el autismo en particular, Kennedy Jr. afirma que hay un incremento de casos en la población estadounidense, a los que califica como una "pandemia"; dice que hay elementos en el medio ambiente y las vacunas que incrementan las posibilidades de tener este trastorno, y hasta contrató a un equipo de expertos para demostrarlo en un plazo de 6 meses.


La comunidad científica y médica de los Estados Unidos ya refutó esas ideas, desde hace varios años, pues Robert F. Kennedy Jr. no es el primero en desinformar a la población con estas afirmaciones. De acuerdo con una investigación de BBC Mundo, el bulo comenzó en 1998, cuando un médico lanzó especulaciones sobre efectos secundarios de las vacunas, entre los que mencionó comportamientos autistas. Sin embargo, nunca pudo probar sus teorías y conforme avanzó la medicina y tecnología, estas fueron refutadas.


A pesar de la evidencia científica multidisciplinaria que ahora existe, todavía hay sectores de la población que considera ciertas algunas "teorías conspirativas" al rededor de las vacunas. Y entre ellos están Robert F. Kennedy Jr. y el presidente de EE.UU., Donald Trump, este último recién compartió un video en sus redes sociales en el que se promueve la falsa relación entre el autismo y las vacunas.


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Qué dice la ciencia sobre el autismo y las vacunas


Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), organismos que son parte del Departamento de Salud y Servicios Sociales de ese país, señalan que es falso que las vacunas causen autismo.

Por años, el bulo se enfocó en culpar a las vacunas contra el sarampión, la rubeola y las paperas de generar comportamientos autistas. Pero los CDC tienen documentados diversos estudios clínicos que descartan esas teorías y los ponen a disposición de los padres de familia que todavía tienen este miedo.


Sin embargo, por las propias características del trastorno autista, como problemas para socializar, comunicarse con los demás o cambios repentinos de comportamiento, es que los creyentes de teorías "antivacunas" consideran que cualquier cambio en la conducta de un niño o adolescente es autismo o fue causado por una vacuna.


Y una de las razones por las que esta desinformación todavía existe es porque, por lo general, los comportamientos autistas son detectados en niños de un año y dos años, que es la edad en la que más vacunas se le son administradas.


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Pero las "causas" del autismo no son claras al 100%, los CDC realizan decenas de estudios a gran escala para encontrar los patrones que podrían detonar este trastorno en una persona, desde toxinas, condiciones climáticas, contaminación, exposición a sustancias, infecciones durante el embarazo, tiempo de gestación, genética de los padres, estrés, crianza, factores sociales, entre otras.


Poco a poco se han ido descartando algunas teorías, como en este caso la relación entre vacunas y autismo, y los expertos siguen investigando las variables para encontrar más y mejores respuestas.


Sobre los dichos Robert F. Kennedy Jr. acerca de que existe una "epidemia de autismo en los Estados Unidos", expertos coinciden en que el aumento de los casos conocidos se debe, en parte, a que hoy en día hay mayor concientización sobre el tema y más padres de familia toman la decisión de llevar a revisión especializada a sus hijos cuando notan comportamientos inusuales.


Además, también hay más capacitación para los médicos y especialistas para identificar el trastorno y canalizar a las personas con los expertos adecuados para obtener una confirmación y orientación.





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